No eres distraída, tu atención solo está dolida.
Aunque te lo dijeron tantas veces que te lo creíste.
“Siempre estás en las nubes.”
“No te enteras de nada.”
“Seguro se te olvidó pero...”
Y así, suavecito, sin darte cuenta… lo hiciste parte de tu identidad.
Te empezaste a presentar así.
“Ay, es que yo soy súper dispersa.”
“Yo soy así, todo me cuesta.”
Como si fuera un rasgo permanente.
Como si no se pudiera trabajar.
Como si fueras un WiFi malo con el que hay que aprender a vivir.
Pero la atención no es un rasgo fijo.
Es una función entrenable.
Y tu sistema nervioso no está roto: está condicionado.
Condicionado a saltar.
Condicionado a escanear.
Condicionado a sobrevivir en lugar de enfocarse.
Entonces...
No es que olvides las cosas “porque sí”, es que cuando tu cerebro no puede sostener múltiples piezas de información, se te caen las frases, los planes, los puntos clave... y luego te castigas por “no estar prestando atención”.
¿Qué pasaría si pudieras dejar esa presión por "no prestar atención" y simplemente ocurriese, sin fuerza de voluntad y sin mil agendas que manejen tu vida?
Hay algo que me costó años entender.
No todo lo que sientes intenso es profundo.
Y no todo lo profundo tiene que doler.
Yo confundía intensidad con conexión.
Si algo no me consumía, pensaba que no era "real".
Personas, ideas, planes, carreras.
Los empezaba con furia creativa.
Me obsesionaba.
Respiraba esa idea.
Y luego me iba.
No porque no importara.
Sino porque no sabía cómo quedarme desde la calma.
Mi atención no era frágil.
Era leal.
Pero solo a la emoción.
Y vivir así es vivir sin dirección, es ruido.
Eso no es pasión.
Eso es vivir sobreestimulada.
Es profundidad falsa con nombre bonito: “yo soy intensa.”
Hasta que descubrí que la intensidad no sirve si me lleva a abandonarme.
Y que la verdadera pasión con profundidad se siente más como presencia que como tormenta.
Para esto el curso "Presta Atención" donde reescribes tu identidad y recalibras tu sistema nervioso.
Para ello te voy a enseñar cómo:
-
Dejar de sobreestimularte creyendo que es enfoque.
-
Detectar cuándo tu emoción es señal y cuándo es sabotaje.
-
Sostener una sola idea sin abandonarla por miedo a aburrirte.
-
Convertir tu energía intensa en dirección constante, sin perderte a ti en el proceso.
-
Cómo se entrena realmente la atención (spoiler: no es forzando disciplina).
-
Por qué tu corteza prefrontal no está rota: está sobrepasada.
-
Qué hábitos actuales están reduciendo tu capacidad de sostener foco sin que te des cuenta.
-
Y cómo empezar a recuperar ese músculo aunque no seas “de rutinas”.
-
Cómo volver a habitar tu momento sin forzar presencia.
-
Cómo tu sistema nervioso se regula cuando aprendes a permanecer.
-
Por qué prestar atención a lo tuyo no es egoísmo, es sanación.
-
Y cómo recuperar esa parte tuya que no está perdida, solo está cansada de vivir para todos menos para ti.
Porque lo contrario de la distracción no es concentración perfecta.
Es permanencia interna.
Y eso… sí se puede entrenar.
¿Cómo lo hacemos?
Pasando por la teoría aplicable y re-escribiendo con microacciones quién crees que eres (no "eres" alguien a quien le cuesta prestar atención) y creando un plan con 3 pasos clavos sobre lo que necesitas (vas a conocer tu sistema nervioso y reorientar atención).
Con este curso veremos:
- Cómo parar el bucle de frustración por falta de atención, para que te regules sin forzar la calma, termines tareas e ideas y dejes de saltar como si tu foco tuviera alergia a quedarse quieto.
- La importancia de un buen “vómito de ideas” (sí, dije vómito) y cómo hacerlo responsablemente, para que tu cerebro deje de sentirse desbordado y empieces a avanzar sin ahogarte en tus propios pensamientos.
- Cómo la memoria afecta tu atención y tu autoestima sin que lo notes. Cuando entiendas este punto desmontas culpa y tendrás claridad para sostener tareas largas sin exigencia.
- La diferencia entre estímulo relevante vs. estímulo dominante y cómo si no entrenas tu sistema para diferenciar entre lo que es importante y lo que solo parece urgente, vives atrapada en el ciclo de “todo interrumpe”. Esto para que dejes de estar disponible para todo menos para ti.
- El efecto del “falso descanso” y cómo desenmascarar la fatiga cognitiva sobretodo para mujeres neurodivergentes que confunden distracción con descanso. Esto porque estar viendo videos en automático mientras el cuerpo está tenso y la mente va en segundo plano es estimulación. Este punto ayuda a entender por qué “descansas” y aún así amaneces agotada.
- Cómo tu estilo de apego moldea tu tipo de atención porque tu forma de vincularte es tu forma de enfocar. Este módulo puede ser un game changer.
- Por qué el multitasking emocional desgasta más que el mental porque no es solo que hagas muchas cosas, es que sostienes mil emociones, recuerdos, escenarios y conversaciones internas al mismo tiempo. Y eso consume atención de fondo, aunque no te des cuenta. Eres una mujer altamente funcional con un sistema que necesita reentrenarse, no corregirse.
- La relación entre inflamación y dispersión (microbiota, sueño, toxicidad y movimiento) bajando concretamente de lo neurofisiológico a lo cotidiano y cómo se puede regular sin caer en obsesión por la salud porque ve Netflix si quieres, solo entiende lo que pasa adentro.
- Cómo dejar de confundir intensidad con profundidad. Esto porque muchas se sienten intensas, pero en realidad es una falta de foco sostenido en una cosa que les importe. En este punto transformas la intensidad caótica en profundidad dirigida. Clave para cerrar el ciclo de tareas, ideas, relaciones y procesos.
- Qué es un discurso tangencial, por qué no es un trastorno, y cómo saber si el salto entre ideas que haces es por superdotación emocional, trauma, sobreestimulación o simple agotamiento. Spoiler: no estás loca, solo nadie te enseñó a usarlo.
- Por qué ser multipasional no es excusa para vivir con foco roto, sino una señal de que te mostraron solo una forma de vivir. Y el paso a paso para crear tu propio modelo de vida, con atención real, no con culpa de no encajar.
- Cómo funciona la atención emocional e impulsiva, por qué parece frágil pero es una bomba de poder mal regulada, y qué hacer cuando tu mente salta entre “todo es importante” y “no quiero hacer nada”.
- Lo que nadie te dijo sobre el “irte de la realidad”. Aquí vas a aprender a volver sin forzarte, con estrategias que funcionan incluso cuando sientes que no puedes sostenerte.
- Cómo el cerebro neurotípico y el divergente responden distinto al mismo estímulo, y por qué dejar de patologizar tu estilo de atención es el primer paso para liderar tu propia forma de trabajar, crear y vivir.
- Por qué el mundo tiene déficit, no tú. Y cómo usar esa diferencia a tu favor sin irte a vivir al campo off-grid (al menos que genuinamente quieras) pero tampoco usando la rutina que tiene todo el mundo que te va a llevar a quemarte.
Lo que te estoy ofreciendo va a tomar tiempo, pero empieza por aquí: reescribir quién eres (no "eres" distraída) + microacciones para reentrenar atención.
Porque prestar atención no es solo rendir más.
Es poder estar con lo que te importa sin salir corriendo.
Es mirar a alguien sin sentir que deberías estar en otra parte.
Es disfrutar una comida sin tener que revisar cinco veces el celular.
Es estar sola… y no sentir que algo falta.
Cuando puedes sostener tu atención, no solo mejoras tu productividad.
Mejoras tu presencia.
Tu intimidad.
Tu capacidad de vivir la vida desde adentro, no solo de perseguirla.
Este es el contenido que veremos.
No para llenarte la cabeza, sino para entender lo que te pasa y obtener soluciones de la forma más rápida y sencillas posibles para la atención, memoria y presencia real.
Experiencias de "no prestar atención"
Cerebro de artista, creativa, ambiciosa y sensible
Apego relacional y atención
Inflamación y dispersión
Mutiltasking emocional y el falso descanso
Eso se traduce en que al finalizar el curso y aplicar lo que enseño vas a:
-
Poder terminar algo sin agotarte mentalmente.
Para sentarte a hacer una cosa… y acabarla sin sentirte drenada o frustrada. -
No saltar de idea en idea como si estuvieras huyendo de sí misma.
Lograrás foco sostenido, no explosiones de creatividad que mueren al minuto 20. -
Poder leer o escuchar sin que la cabeza se te vaya a otro planeta.
Podrás estar presente, no atrapada en mil pestañas mentales abiertas. -
No sentirte culpables por distraerte.
Sabrás si lo que te pasa es normal o si tienen algo "de trauma estancado". -
No tener que forzarte a ser alguien que no eres.
Vas a dejar de imitar rutinas ajenas y encontrar lo que sí te funciona, especialmente si hay un cerebro neurodivergente. -
Poder tomar decisiones sin entrar en bucles eternos.
Para tener claridad. No estar horas analizando y aún así no moverte. -
Sentirte bien en tu cuerpo mientras haces las cosas.
Podrás enfocarte sin estar tensa, con el cuello duro y la mandíbula apretada. -
No desconectarte del mundo o de ti misma cada vez que te enfocas.
Tu atención será presencia, no una forma de desaparecer. -
No vivir con la sensación de estar quedando mal con todo.
Vas a confiar en tu ritmo, sin sentir que estás corriendo tarde a todo o sobrecomprometes. -
Poder crear, sostener y cerrar.
No solo empezar cosas bonitas, sino terminarlas y disfrutarlas sin colapsar.
Eso es lo que lograrás.
Y ninguna de esas cosas se consigue “poniendo más fuerza de voluntad”.
Eso no es todo.
Este curso viene con test de acceso inmediato incluido para saber tu estilo neuroatencional y que lo uses en ti, tu pareja y hasta tus pacientes y cuando te lo sugiera te dirá los interruptores, lo que necesitas, posibles problemas y cómo esto impacta tu vida.
Porque desde irte de viaje, hasta criar, hasta trabajar... todo requiere atención para planear y ejectuar.











Así no compres esta clase, para este punto ya te ha quedado claro que el mundo te entrena a no prestar atención.
No es tan difícil entrenar a un cerebro a no quedarse quieto.
Cada vez que una app te interrumpe.
Cada vez que te “premias” con dopamina rápida después de 10 segundos de esfuerzo.
Cada vez que abres tres pestañas más mientras escuchas un podcast y respondes un mensaje…
Todo lo que te han dicho sobre quién eres.
Toda la sobrecarga mental y emocional.
Y siempre haciendo algo de fondo, nunca descansando de verdad.
Entonces tu foco aprende que saltar es más seguro que quedarse.
Tu atención está funcionando perfectamente.
Solo que le estás dando el entrenamiento equivocado.
Y si no reentrenas esa ruta, no hay planner, ni bullet journal, ni técnica Pomodoro que funcione.
Ahora si quieres hacer algo hoy, compras arriba.